domingo

Resaca

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(…) la vieja Istillart lanza a veces
carcajadas de humo hacia adentro, puebla la cocina,
se rebela al costado de la mesa
y llega con su aliento hasta el sillón de la galería.
Impregna con su mal humor
la última porción de este otoño.
Aplaude a rabiar sus puertas
en lo que queda de mí.
Yo la calmo con fuego, con trozos de pino
que chistan su habitación de hierro,
hasta que algo de color pone en orden la resaca (…)
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2 comentarios:

Nan dijo...

siempre hay algo q pone en orden algo... pero solo despues que lo vemos, cuando somos capaces de ordenarnos solos algo lo que sea viene a ganarnos de mano y parece que nunca seremos nosotros y encima es cierto

Sergio Sarachu dijo...

la resaca la podemos presagiar, intuir, pero tras su paso de amputaciones nos rearmamos. Que siempre un pedazo de nosotros necesita reproducirse