martes

Huellas

1.
(...) el reloj palpa los hijos que se nos vienen.
Todo es desarmonía hasta que el llanto
estriba la vida entre tus piernas (...)



2.
(...) ella arredra la humanidad
con un portazo de ojos.
Mientras se repone el mundo
del dulzor en ochenta centímetros
el país acusa el golpe,
enrojecido,
pone en sus juguetes un boletín de calificaciones (...)



3.
(...) ella expropió nuestras últimas intimidades,
hizo una reforma agraria de la noche
con el minutero de leche en polvo, así (...)



4.
(...) breve, con un rulo en la ventana,
Sole dice "el viento se rompe contra las plantas".
Asalta mi boca con un biberón de risas
y por allí ve
la taquicardia de mi nuca (...)



5.
(...) apurados por sus transgresiones, los hijos
siembran pólvora en las noches por venir.
Tapizan de guerrilla el dormitorio, donde alguna vez goleó el placer y tu (...)



6.
(...) alimento: una de mis hijas plantea
enfilar los sueños hacia la ventana.
Ubicar uno tras otro,
sacarlos de los rincones de la casa. Primero
los más chicos y los grandes al final.
En eso las hermanitas cruzan por debajo de la cama
dispuestas a dinamitar los almanaques (...)



7.
(...) en qué sitio de mi cuerpo arado
siembran los hijos su combustible?.
¿En qué loteo del silencio
andan con las palabras bajo el brazo sin (...)
.
.

2 comentarios:

Nan dijo...

parir sin saber que clase de abismo nos depara, caer sin prisa sin pausa y sin remedio en la inseguridad del amor incondicional

Sergio Sarachu dijo...

entre las huellas perecederas intentamos sembrar eternidades

y sólo es eterna la sed, los hijos, el abismo del asombro